2014/10/24

La lluvia de estos dí­as está lavando la cara de todos aquellos lugares tan sucios que habí­a en mi mente...

A veces
manteníamos
las conversaciones
que debían tener
dos mudos
sentados frente una pecera
llena de agua
pero sin animal alguno.
Asentíamos
y respondíamos
a nuestros pensamientos.
Llorábamos
por las decisiones equivocadas.
Al final
me tomaste de la mano
en tu imaginación.
Yo creí que cogías un cuchillo.
Grite lo más fuerte
que pude.
Que te quería.
Y tú pensaste
que me marchaba.

1 comentario:

  1. Que bueno volver a leerte, mi querida Gala, aunque intuyo algo de catarsis en este poema, hermoso, metafórico pero con notas de melancolía. Espero que el agua haga su trabajo y te deje brillante como siempre lo has sido. Besos miles para ti!

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