2014/09/03

Los ladrones de las sombras.



— Sabes, el mar nunca envejece 
— ¿Y después de la tormenta también?
— Creo que... No. Sabes, quiero saber simplemente que en algún sitio en esta tierra existes tú, como el mar, que será para mí, en mi infierno, un rincón del paraíso. Donde el tiempo puede detenerse, donde se congelan las sombras, que caen por los años en el rostro del mar.
Sabes, imaginate: cada mañana, cuando te despiertas, te dan 86 400 monedas, con la única condición que todo debes gastar durante el día, el resto no usado tienes que devolver, cuando vas a dormir, es un regalo, pero el juego puede acabar en cualquier momento.
La pregunta: ¿que harías con las monedas?
— Pienso que gastaría cada moneda en propio placer y para comprar un montón de regalos para los que quiero. Usaría cada moneda de este banco mágico para brindar la felicidad en la vida y a la vida de los queridos, hasta los que no conozco, porque no estoy seguro que sabría gastar 86 400 monedas en un día; ¿pero por qué me preguntas de eso?.

— Te diré - Este banco mágico es accesible a cada uno de nosotros - es el tiempo! 
Cada mañana, que despertamos, recibimos un crédito  de 86 400 segundos de la vida por día, y, cuando  por la tarde vamos a dormir, la reserva se desaparece y que no era "gastado" en el día — se ha perdido.
Cada mañana la magia comienza de nuevo, nos dan de nuevo el crédito de 86 400 segundos. Y jugamos por la regla, que sea imposible evitar: el banco puede cancelar la cuenta en cualquier momento sin aviso; la vida puede detenerse en cualquier segundo. ¿Que hacemos con nuestros 86 400 segundos diarios? Y si un segundo de la vida es más importante que una moneda, ¿verdad?

Y el mar... El mar nunca envejece. De vez en cuando, quiero irme al mar y mirarle, mirar a su rostro, al superficie tan cambiante; tocar por los pies la arena húmeda. El mar... parece que me mira también, sonrie a traves de las olas. Quizás, si me quedo más tiempo allí ... Veré aquellos ladrones, que cada noche roban las sombras de los años del rostro del mar, quizás  y yo dejaré mi sombra allí.

3 comentarios:

  1. Dicen que la luz y la sombra van de la mano, son diferentes pero buscan el mismo fin. Un ladrón de sombras estaría hurtando una parte importante de uno, porque hasta las sombras tienen su importancia existencial. Tu historia llama a la reflexión, ¿en que se gasta ese capital de oportunidades que te entregan cada día? La verdad el tiempo vale más que el oro. Y el mar... bueno, el mar siempre estuvo ahí, antes de los tiempos estuvo y seguirá estando, el mas va y viene y algo que aprendí de el, es su constancia y paciencia. Me encantó tu historia, llena de filosofía, metáforas. Por algo te decía que a las personas se les va conociendo por sus letras. Besos, introspectiva y bella Gala!

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  2. Gracias, Al, por tu comentario y opinon:

    "... en la calle codo a codo somos mucho más que dos ... "

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