Él abrazaba el aire impregnado por el falso y mentiroso olor de sus palabras.
Pero tu risa es casi una religión, con la cual se puede sobrevivir en este mundo.
Ahora... cuando estamos en el zaguán y aspiramos el polen de la tarde.
Estás callado, y yo sé, cómo tiembla el espacio alrededor de ti.
Y de repente quiero morir, disolverme, tan pronto como suspiraré.
Hacerme aquello, que estará eternamente contigo.
El ambiente, aire, primavera
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