2014/08/25

Mi carta no tiene un fin

Perdone, pero es tan agradable que no me sabéis. No me oís y precisamente por eso alguien en mí toca el jazz. Nunca comprenderemos, no podemos entender la cosa más interesante de este mundo: ¿si nos amaríamos... uno al otro?
Muchos me pararán, habiendo dicho, como si habiendo disparado: ¡Estás loco! No, pues, el hecho de que si no nos encontraremos nunca - eso no quiere decir que nunca nos vamos a enamorarse.
Probablemente, también soñáis conmigo. Quizás, todo es una tontería. ¿Quien sabe? Pero yo creo... me imagino, que ahora estáis en algún sitio allí, a la mesita, fumáis, y sus delgados dedos no ocultan su tristeza. Entreabren su mundo... tan ligero, pero tan lejano, cercano a veces, pero tan inolvidable.

Mi carta no tiene un fin - ya que no tiene comienzo. Le escribía siempre, simplemente a nadie mostraba, y ha decidido: sea lo que sea. Como es hermoso reconocer lo que somos unos granos de arena en las manos de la eternidad. que nos caemos, sólo para que un ligero soplo del viento nos haya trasladado a donde sea. Ha escondido. Y este vuelo, no tendría su grandeza, si tuviera infinito.

Ahora, quien sabe, quizá yo te encontraré, y quizás ya no existes en absoluto, igual como y yo.


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