Cuando las rosas dejan de florecer, querida mia, y las violetas no florecen también, cuando los abejorros en su vuelo solemne se dirigen al sol, cuando aquella mano, que las arranca en este día solar, está perezosamente acostada en la sombra de los castaños, entonces y tú ... toma mi flor
Emily Dickinson
Emily Dickinson
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