2014/08/28

"El mundo está hecho de pavor y maravilla"


Carlos Castaneda - un escritor o un narrador afectado por el peyote ...?

Un estudiante de antropología entra en contacto en Méjico con un indio yaqui -Don Juan Matus- quien le introduce en su visión chamánica del mundo. Castaneda estaba cuatro días en una «ceremonia de peyote». A finales del rito el autor tuvo una visión – un campo de los cactos que lucen. También habia un caso, cuando Carlos sufrio una transformación en el cuervo. Indio ha preguntado a don Juan, si en realidad esto había con él , pero Juan respondio que la pregunta no tiene ningun sentido, ya que en el mundo verdadero todo es real …
Primero rompiendo su aferramiento único a la razón por medio de plantas de poder (ya que para el chamanismo lo real es lo que se vive, ya sean vivencias de lo cotidiano, en los sueños, o en las experiencias y sensaciones producto de la toma de plantas de poder). Luego sin ellas, porque son un medio apropiado tan sólo para aquellos especialmente encerrados dentro de una visión lógica de la vida.
Lo que llamamos realidad es producto de nuestra percepción, que va cerrándose y concretándose, poco a poco y según vamos creciendo, en torno a la pequeña realidad cotidiana en la que se mueve la mayoría de la gente, consensuándola entre todos como la única existente. Ese universo poblado de mundos, planos, espíritus, señales, acuerdos y signos era el universo animista de los seres humanos occidentales hace muchos siglos, igual que lo sigue siendo ahora entre los pueblos y tribus llamados "primitivos".
Don Juan, el chamán protagonista de los libros de Castaneda, nos habla de que una vez hace mucho tiempo los humanos podían percibir con sus diferentes posiciones del "punto de encaje"(posición del punto perceptivo) y así captaban lo existente a través del punto de la razón pero también del conocimiento silencioso (ambos puntos diferentes posiciones), pero muchos se quedaron prendidos del punto perceptivo de la razón y así empezaron a volverse quiméricos, cada vez más globalmente, el resto de las otras percepciones, llegando así a la actualidad en la cual los seres luminosos que somos (formados por "fibras luminosas que nos conectan y atraviesan) estaríamos opacos y empequeñecidos, y siempre anhelando algo que nos falta.
Según Don Juan si se logra ver nuestra forma auténtica de huevos luminosos y todo lo que nos rodea, esa percepción nos libera del efecto devastador del dolor y los sentimientos negativos, pero muy pocos lo logran, y no queda otra solución para vivir libres que el comportamiento como un guerrero (sinónimo de hombre de conocimiento). Ese término de apariencia masculina sólo es aparente. Para Don Juan la mujer está más preparada y tiene más poder y facilidad para llegar a serlo.
Pero lo auténticamente fascinante de sus libros es esa filosofía y su lenguaje majestuoso y sencillo, noble y mágico. Indio, en fin. Para muestras de su visión y de su poderosa forma de vivir sus palabras, magníficas y emocionantes, aquí van algunas muestras de sus conceptos:
Sobre mundos-planos: "Cuando estés en el mundo del tonal (cotidiano), deberías ser un tonal impecable; ahí no hay tiempo para porquerías irracionales. Pero cuando estés en el mundo del nagual (desconocido), también deberías ser impecable; ahí no hay tiempo para porquerías racionales".
En cuanto a la polémica sobre la "veracidad" de lo narrado por Castaneda en sus libros, resulta absurda para quien sabe y siente que el arte habla sobre la esencia de la vida, es decir su verdad, aunque se trate de una obra de ficción. Como diría Orson Welles. "el arte es una mentira que sirve para contar la verdad". Si, además, como me pasó a mí, lo que se lee hace eco en el corazón, es como recordar más que descubrir. O el descubrir es recordar. Don
Juan Matus es real, haya existido en el mundo cotidiano o no. Empleando su propio lenguaje, Don Juan existe en otros mundos, si no en el cotidiano. Lo que cuenta Castaneda es evidentemente auténtico sea ficción, o no lo sea. Al que le sirva que lo use y lo disfrute. Al que no le sirva que lo olvide ... en pocas palabras - "El mundo no tiene fondo" (Don Juan).



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