Los árboles son poemas que la tierra escribe sobre el cielo
Mira, en el parque baila la lluvia, por las lenguas tocando las hojas rojas. Había un sol hoy, en la ventana tuya se deslizo: un buenos días te dejó al viento que paseaba en tu cuarto y al respirar se rompia el aire. Pero tú tiempo siempre ha sido la noche. Pensad que ya no estas, que el eco no es tu voz. Mejor aplaude y vámonos. ¡Que termine esta función! Tras de tí, una escena y diez mil frases que repetir. Y ya ves, lo que es no es. Y mientras tanto, en el parque bailaba la lluvia, tocando tus cabellos, tu alma hasta profundidad. Y un instante más, mientras los turistas se van. Un tren de madrugada consiguió trazar la frontera entre siempre o jamás. Sueñas con despertar en otro tiempo y en otra ciudad, mientras que en el parque bailaba la lluvia convirtiendose en el mar.
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